“Yo era la niña sensible/intensa”. El collage de Emecé Eseene o María Sánchez
🌿Entrevista Ilustradoras andaluza
📣Quͧédͩaͣtͭeͤ siͥ tͭeͤ iͥntͭeͤrͬeͤsaͣ… El feͤmͫiͥniͥsmͫoͦ aͣndͩaͣluͧz, eͤl aͣrͬtͭeͤ dͩeͤl cͨoͦllaͣgeͤ, eͤstͭétͭiͥcͨaͣ mͫiͥniͥmͫaͣliͥstͭaͣ, geͤneͤaͣloͦgíaͣ dͩeͤ mͫuͧjeͤrͬeͤs poͦdͩeͤrͬoͦsaͣs, rͬeͤcͨoͦrͬtͭaͣrͬ y peͤgaͣrͬ…
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P. ¿Por qué Emecé Eseene como nombre artístico?
María Sánchez. El nombre surgió porque son mis iniciales de María (eme) Cristina (Cé). No me comí mucho la cabeza. Al principio firmaba como Emece Reseñe que son las iniciales las iniciales de mi nombre completo (María Cristina Sánchez Nieto). Me gustaba que todo fuera una E pero luego se quedó sólo en Emecé.
P. El collage tiene mucha presencia en tu obra. ¿Por qué eliges esta técnica frente a otras?
María Sánchez. Me apasiona el collage porque me permite jugar con las imágenes, darles la vuelta, cambiarles el color, la textura… En definitiva, me permite descontextualizarlas para darles otro significado del que tienen. De esta manera, cada imagen collagística puede tener distintos niveles de lectura para cada espectador. Me divierte muchísimo esta técnica, es como crear mi propio “cadáver exquisito”. Además, te permite comunicar con el espectador, esbozar un mensaje que luego es interpretado por cada uno de manera diferente.
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Suelo utilizar distintos elementos iconográficos recurrentes como animales o formas geométricas. Aprendí mucho de iconografía en Historia del Arte y eso me ayuda aunque algunos de estos elementos, para mí, tienen un significado personal muy concreto. Luego, siempre me maravillan las distintas interpretaciones que cada espectador hace de estos elementos, haciéndose con ellos y desarrollando su propio discurso. Este mecanismo me fascina.
P. ¿Por qué te dedicas a la creación y al diseño? ¿Qué te mueve a hacerlo?
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María Sánchez. Yo era la niña sensible/intensa. Además, siempre he sido muy inquieta. Cuando era adolescente (¡esa edad del infierno!) escribía muchísimo. Hoy en día todos esos escritos han sido fulminados de la faz de la tierra, obviamente. También tocaba música, bailaba, pintaba…
Durante toda mi vida he sido capaz de expresarme a través de distintas disciplinas y, hace tres años, al terminar mi carrera en Historia del Arte, comencé, casi por casualidad, a hacer collages. Como resultado de una etapa personal muy dura, cortar y pegar se convirtió para mí en algo casi terapéutico. Con el tiempo, y siendo consciente de que esta nueva forma de “echar pa’fuera” había llegado a mi vida para quedarse, decidí formarme y me matriculé en la Escuela de Arte de Cádiz en Gráfica Publicitaria. Allí he pasado dos de los mejores años de mi vida y he descubierto que las posibilidades del diseño gráfico a nivel comunicativo y visual se multiplican.
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Sobre todo, me mueve poder “contarme” y a la vez contar algo al público. Para mí, eso es una herramienta muy potente.
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P. Si tuvieras que hacer una pequeña sinopsis de tu trabajo, ¿cuál sería? ¿Qué rasgos tienen cierta continuidad en tu obra?
María Sánchez. Es una pregunta compleja porque aún me encuentro en un momento de plena exploración. Me gustaría ir experimentando con distintas técnicas como acrílicos o acuarela y perder el miedo al grafito, pero para eso necesito tiempo y empuje. Si tuviera que definir lo que he hecho hasta ahora, en primer lugar, diría que mi trabajo bascula en torno a la figura de la mujer.
Me he criado en un entorno femenino muy poderoso, rodeada de mujeres que han vivido con mucha valentía situaciones muy concretas. Mi madre, mis abuelas, mis tías y primas y, por supuesto, mis amigas, son fuente de inspiración para mí, en todos los sentidos. De alguna manera, mi trabajo me sitúa en esa genealogía, me coloca en mi lugar, me hace formar parte de esa estela de mujeres poderosas. Por tanto, también es una manera de dar continuidad a ese discurso que me gustaría transmitir a las que vengan detrás.
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Por otro lado, se puede decir que mi trabajo es de estética minimalista, ya que el blanco es un elemento fundamental para componer. Me gusta mucho el color y la superposición de texturas para elaborar la narración.
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Por encima de todo, creo que mis trabajos tienen una carga narrativa y simbólica que se puede identificar fácilmente, cada elemento está colocado en su lugar por una razón determinada que construye mi relato.
P. ¿Existen influencias relacionadas con la diversa cultura andaluza en tu obra? ¿Has identificado cuestiones que vengan de ahí en tu forma de hacer y de comunicar?
María Sánchez. Por supuesto, mi trabajo consiste en “contarme” y para ello, he tenido que hacer un ejercicio muy fuerte de “contexto”. Aunque, mientras escribo esto, no sé si he tenido que empaparme del contexto para trabajar o, por el contrario, a medida que iba trabajando iba aprendiéndome de este contexto… En definitiva, he llegado a un momento en el que me identifico por completo con mi contexto, me siento parte de el lugar en el que vivo, de las gentes que me rodean. Aquí están mis raíces y ésta es mi esencia, definitivamente.
Un elemento recurrente en mi trabajo es la casa. En un sentido amplio, una casa bien puede ser un cuerpo, una forma de hablar, un olor o un sentimiento de pertenencia. Por eso, remito a la casa como elemento que me ata a mi identidad, a mi contexto. Estuve, como mucha gente de mi generación, viviendo en el extranjero en aquel momento en que se nos decía que “había que irse del pueblo”. Cuando volví a casa para quedarme, me di cuenta de que, por inercia, había rechazado la vida de pueblo. En aquel momento, quería vivir en Barcelona y comer comida exótica. Luego, me di cuenta de que mi lugar está aquí.
Me gusta que en mi pueblo la gente te salude por la calle sin conocerte. Que mi abuela me cuente la misma historia por vez 337, o que las mujeres de la barriada bajen en bata y zapatillas a comprar el pan. Todo eso está dentro del imaginario de la casa en mi trabajo, y forma parte de la idiosincrasia andaluza que he redescubierto y en la que me reconozco por completo. Por eso, defiendo lo pequeño, lo de aquí, que me parece un resquicio de autenticidad y que es la mía.
P. ¿Cuáles son tus influencias? ¿Quiénes fueron tus primeros referentes en tu trabajo?
María Sánchez. Tengo muchísimos referentes, tanto en la Historia del Arte como artistas contemporáneas. Valoro muchísimo la obra de Dora Maar por su mirada surrealista tan valiente; Louise Bourgeois y su serie de mujeres-casa; Hannah Hoch, una de las maestras del collage Dadá, quizá fueron mis primeras referencias porque las descubrí mientras estudiaba. Las encontré buceando entre una historiografía que habían referenciado los hombres.
Más recientes, me alucina la obra de Helena Almeida, Marisol Escobar, Esther Ferrer, Ángeles Agrela y la obra fotográfica de Cristina García Rodero o Carlos Pérez-Siquier y su serie de la vida del pueblo gitano en la Chanca, en Almería. Collagistas de mi generación a las que sigo son María Salan, Marisa Maestre, Helena Pallarés, Maite Ortega y Carlota Mula, entre muchas otras. Destaco el empuje del colectivo Mujeres que cortan y pegan porque ahí he descubierto a verdaderas mujeres artistas de mi generación con un talento inmenso.
P. ¿Hay alguna cuestión social que preocupe especialmente a tu trabajo? ¿Cuáles serían en caso afirmativo?
María Sánchez. De momento, ya digo que mi trabajo está en pleno proceso de experimentación. Se podría decir que me preocupo y me ocupo, de alguna manera, de reivindicar la identidad andaluza en todo lo que hago, ya no solo en cuestiones de creación. Me interesa poner en valor nuestra idiosincrasia, única, dejar constancia de lo que somos, de dónde estamos. He tratado, en distintos proyectos que he emprendido, de dar cuenta de distintos aspectos que nos definen como pueblo, ya sea el habla, las maneras, los sentires. Creo que es fundamental que, los y las que hemos decidido quedarnos en la tierra, valoremos lo nuestro, porque somos y estamos. Y eso es importante.
P ¿Cómo percibes el contexto que rodea a las mujeres diseñadoras como tú?
María Sánchez. Teniendo en cuenta que la situación es complicada para las personas de nuestra generación, me consta que hay mujeres con un talento gigante que están peleando por hacerse un hueco en el escenario artístico y creativo. Creo que las redes nos han abierto un espacio definitivo donde poder gritar y visibilizar muchos aspectos. Y desde donde se pueden cambiar las cosas.
Lo visual tiene un poder abrumador porque es un “disparo” comunicativo y se puede convertir en una bandera. No me refiero a doctrinas, me refiero a redes, conexiones, puntos de encuentro y sinergias, en definitiva. Aún así, creo que hay que continuar trabajando aún por escalar peldaños ya que, en muchos ámbitos relacionados con la creación, continuamos del todo invisibilizadas. Por supuesto, cabe reescribir la historia del arte, la historia del diseño.
Necesitamos referentes y necesitamos ocupar el espacio que nos corresponde, labor para la cual estamos sobradamente preparadas. Las nuevas generaciones tienen que saber que las mujeres ya estábamos ahí en la Corte de Felipe II, o en la Bauhaus. Tienen que saber que éramos sujetos de acción y no solo musas (cómo odio esa denominación!) pasivas.
P. ¿Alguna percepeción que hayas tenido en tu entorno profesional por tus orígenes andaluzas?
María Sánchez. En mi entorno profesional no, porque he desarrollado mi trabajo desde aquí y, de alguna manera, me ha protegido el contexto, pero si que, a nivel personal, recuerdo una anécdota de cuando me fui a estudiar a Madrid, allá por los dosmiles. Yo siempre me he considerado una persona muy seria, es decir, no soy de tener “gracia”, al menos no conscientemente, no sé. Recuerdo, además, que en torno a los gaditanos del colegio mayor en el que me alojaba, se creó una especie de “mitología legendaria” (que ahora sé que es un prejuicio) de que todos teníamos que ser graciosos y ocurrentes por naturaleza, todo el rato, sin parar.
En una ocasión, me presentaron a alguien circunstancial y, después de charlar un rato de cosas insustanciales (tengo que decir que yo no sé si tuve un mal día o, simplemente, estaba muy harta) esta persona me dijo, textualmente: “Tú no pareces de Cádiz, no tienes acento y tampoco ni puta gracia”. Ahora me enorgullece aquel comentario porque puedo decir que soy de “La Resistencia” al prejuicio gaditano que es leyenda y soy una “jeiter” convencida, eso también.
P. ¿Un trabajo de todos los que ya has hecho que consideres representativo de esta entrevista?
María Sánchez. Me siento muy afortunada por haber podido aportar mi granito de arena al proyecto Como vaya yo y lo encuentre con la ilustración de la portada del libro de Feminismo Andaluz. Es un honor porque es un proyecto en el que creo y con el que me identifico plenamente. Poder partir de la representación de una genealogía de mujeres poderosas (que bien podrían ser las mujeres de mi familia, también) y poder construir una narración visual que complemente un proyecto tan necesario, es una verdadera suerte.
P. ¿Qué retos crees que enfrentan en la actualidad las mujeres ilustradores, diseñadoras…?
María Sánchez. Creo que el reto sigue siendo contarnos, a través de nuestro trabajo, para escapar de la otredad. Hay que dar cuenta de que estamos en la Historia y somos en los contextos y a pesar de ellos. Creo que solo así se puede conseguir visibilizar, orientar la mirada hacia espacios que antes habían sido silenciados o ninguneados.
El trabajo creativo y artístico es una manera de reivindicar: “oye, estoy aquí, mírame, tengo cosas que decir”. Ahora somos nosotras, pero hubo muchas otras antes. Tenemos la responsabilidad de dejar ese legado a las que vengan detrás.