Mi nombre es Mar Gallego Soy hija de Antonia y Manué y la periodista andaluza que está detrás de este proyecto. A pesar de que soy UNA llevando este timón, considero que son muchas las personas -antepasadas y antepresentes- las que forman parte de mi devenir y de este cuerpo que, al final y como todo, es colectivo, al igual que nuestras historias familiares, de barrio y de pueblo. Por todo ello, a veces me doy el permiso de hablar en plural de mí misma y de esta iniciativa. Como si los dedos que escriben y las historias que cuento estuvieran movidos por los hilos invisibles del gentío y la memoria que me acompaña. ¿De quiénes somos?
Como siempre, estoy en un proceso de búsqueda incesante. Pero me gusta decir de mí misma que soy CONTAORA y PSICOFOLCLÓRICA. Entiendo por esto último que el folclore tiene una dimensión espiritual, cultural y antropológica que me interesa como persona que habita una sociedad concreta. Representa las prácticas culturas, las miradas y las diferentes formas de crear y sentir el mundo.
Me gusta su análisis identitario y psicológico. Me gusta ver cómo nos construyen las narrativas de nuestros pueblos. Cómo construye nuestros lenguajes y nuestras formas de estar en el mundo. Cómo esas narrativas chocan con otras también y nos generan una psicología única.
Mi herramienta de trabajo son los sentires y los silencios. Estudié estos últimos en el Máster de Género, identidad y Ciudadanía de las Universidades de Cádiz y Huelva. Me gusta observar las narrativas sociales desde las ausencias que no tienen nombre en el lenguaje y desde los lenguajes corporales, tan importantes para entender Andalucía. Es desde ahí desde donde escribo, siento y hablo.
Detrás de esta iniciativa de feminismo andaluz hay todo un proceso familiar de ruptura de silencios y una necesidad de habitar el conocimiento situado desde Andalucía. A mí olvidar nunca se me ha dado bien y la memoria es un lugar que habito desde quera era una niña rubia con ojos curiosos y bien abiertos. Me encantaba mirar aquello que parecía pasar desapercibido para la gente. La memoria es eso: nuestras historias sentidas que tienen interpretaciones y miradas distintas. Es a ese periodismo narrativo y de relato al que quiero dedicar mi trabajo y mi profesión.
Las personas que sentimental y emocionalmente componen esta iniciativa son…
MARÍA MATEO

ANTONIA ARAGÓN
Me crié con mi abuela Antonia cuando ella era una mujer sentada a una hamaca. Una mujer que había perdido casi toda su movilidad y su habla. Se generan pocos relatos del valor de las cuidadoras pero menos del valor de las personas que son cuidadas. Parece que, además de serlo, no nos aportan nada. Mi abuela, sin embargo, fue una gran maestra de vida para mí. Gracias a ella, aprendí a conectarme desde el silencio. A saber a mirar a los ojos. Ella, además de ser las persona cuidada, era la que se reía a carcajadas viendo a Lina Morgan por la tele o la que lloraba cada vez que mi madre le ponía un casete de Antonio Molina. Gracias a ella aprendí de ternura y de agradecimiento. Entre otras muchas cosas…
ANTONIA ESPEJITO

Ésta es, a grandes rasgos, la historia sentimental detrás de esta iniciativa que es totalmente autogestionada. ¿Que quiere decir eso? Pues que la hago sin ingresos fijos, con la luz del tiempo que le dedico y de los recursos propios que invierto. Si te gusta mi trabajo, este proyecto y las historias que en él cuento o si simplemente quieres ayudarme a darle valor a este barco, puedes hacer una donación puntual o conocer de qué formas puedes apoyarme. ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR HABERME LEÍDO!
Mi web profesional: margallegoes.blogspot.com
Correo electrónico: mar.gallego.es@gmail.com