La memoria es una hierbabuena en el puchero
Primas, amigas, amantes, vecinas, madres, primas segundas y hermanas… nuestros Tupperwares son nuestros. La memoria histórica no la perdiste porque yo hacía el puchero. Fui yo la que nunca negoció la posibilá de quitarle la hierbabuena -RESISTENCIA-, la que guardaba con cuidao la receta de la abuela. Pasado, pasado en tu presente difuso, extranjerizao, clasista; aunque no me valoraras ni vieras ná de lo que yo hacía.
Tu memoria olvidá dónde está… La memoria no la aprendí de ningún libro. Mezcla y mestizaje en los fogones pasando desapercibía mi sabiduría porque yo nunca hice ná de importancia… Que hoy sepamos que la memoria se enseña a través de los sentíos no es nuevo pa nosotras. Puede que preguntándote qué cultura usaba la hierbabuena encuentres una historia que sólo te puedes contar tú a ti misma: sin intervención de las palabras asesinas, de la comunicación pa las jerarquías… La memoria no pué tené intermediarios. Es profunda y está dentro. Nunca fuera. Está dentro, sólo tienes que escucharte. ¿Recuerdas quiénes hablaban de presentimientos -tan relegaos a la ciencia ficción, a lo paranormal, en tu casa? ¿Quiénes daban importancia a los sueños? Las mujeres. Es un mirá hacia dentro, un olor, un sentío. Un “hazte caso a ti, a ti a ti…”. No podéis construir memoria andaluza sin quienes llevan guardándola toa la vida. Las mujeres andaluzas. No cualquier mujer andaluza. Las pobres, las precarias, la que veían que una revolución era un ratito de cuidao con una vecina. Las grandes cuestionaoras de los grandes saberes. No podéis hacer revolución de memorias sin nosotras. Ellas cuestionaron la mirá, ellas amasaron las formas, ellas os dieron el contenío. Ellas os dieron una hemeroteca de saberes y sentíos colectiva, no individualistas. ¡Qué indiviualistas sois incluso cuando queréis contá una historia distinta!
Podréis copiar, como habéis hecho siempre, nuestras recetas. ¡Qué importante es la cocina cuando quien cocina es un tío como un trinquete! Pero nunca podréis copiar la forma de hacerlas, ni la transmisión, ni el valor de la misma. Eso seguirá siendo un secreto en el que nunca dejaremos entrá a la Historia con Mayúsculas. A la Historia Oficial que sólo es alternativa porque se rescatan a otros tíos desconocíos que, qué casualidad, hicieron cosas grandes.La misma HISTORIA contá desde otro lugar. Dónde está la historia del pueblo gitano contá a travé de una canasta.
¿Eso no es grande? ¿No es esto incluso presente y cercano? ¿Por qué no lo vemos? ¿No forma parte, quizá, de lo que tú ere? Mirá dentro, mira cerca, mirá a quienes nunca habéis sabío mirá… Y cuando estés en Nueva York hablando un perfecto inglés y venga a ti un olor que te quite la pena de la prisa y te recuerde que formas parte de algo más grande que tú mismo… piérdete en ese sentimiento y agradece a quienes están detrás de ese sentir que te recuerda a tu tierra, que te da unas raíces que impiden que te tambalees entre tanto postureo.
La memoria andaluza es un puchero con hierbabuena hecho por mujeres andaluzas pobres
Mírate en otros espejos, Ve, Reconoce, Cita y -luego- Agradece.